30 Jul
CRÓNICA: "Espero que sea una visita de cortesía"

Rafael Sotillo, Alejandra Torres

Fue un día rarísimo en la emisora de José Mercedes Núñez. Probablemente no sepas de ese nombre, pero en el estado Monagas, Junior Muñoz es un periodista muy conocido. Todos los días ordinarios de lunes a viernes, de 6:00 pm a 8:00 pm sale al aire a través de la señal de OESTEREO 99.7 FM el programa de opinión de Muñoz.

 “Religiosamente”, muchos de los habitantes de la población de Punta de Mata escuchan su programa de opinión, pero específicamente este día, el 30 de abril del 2019, su programa fue en horario de la mañana. En ese estudio con paredes amarillas, madera y un televisor como testigo, este arduo trabajador de la comunicación hace una linda labor: la de informar sin pelos en la lengua a una pequeña comunidad. 

Fueron 24 horas complicadas. Venezuela amaneció con la noticia de que Leopoldo López, el  líder opositor que se entregó a las autoridades en 2014, había aparecido en el distribuidor Altamira, justamente al frente de la base aérea La Carlota, junto a Juan Guaidó, quien se había proclamado como presidente interino de la nación. Todo un despelote. Por esa razón, Junior Muñoz salió de su casa en dirección a la emisora, que queda prácticamente en el mismo lugar (en el mismo edificio), a reportar lo que estaba sucediendo en la capital del país.

Ese día, a pesar de la mañana extraordinaria, no fue distinto. Los puntematenses estaban en plena sintonía del programa. Incluso, muchísimas más personas que cualquier otro día. A eso de las 10:00 am, con la noticia en pleno desarrollo y rumores por aquí y por allá, sucedió de nuevo. Y es que ya es costumbre, lamentablemente. Sí, se llevaron detenido al locutor y dueño de la emisora que sencillamente estaba reportando el contexto que vivía la capital, y a esas alturas de la mañana, en casi todo el país. Fueron entre 8 y diez guardias, y hasta el mismísimo alcalde…

El presidente encargado había exhortado a que absolutamente todos los venezolanos se fueran a las calles a protestar, y ellos acataron. Aún en Punta de Mata no existían concentraciones, todos estaban atentos a las redes sociales, específicamente Twitter, y también al programa de Junior.

Se había acabado la hora del programa de nuestro protagonista, pero igual continuó. A través de la ventana pudo notar que al frente había una patrulla. “Dios santo”, soltó en su mente, y aguantando las ganas de decirlo en voz alta. Tenía visita, eran los 8 funcionarios antes mencionados. O 10, él no los contó, pero sus malas vibras inundaron el lugar como si hubieran sido un batallón de 100 guardias uniformados de verde que iban contra de él. Espantoso.

Su más grata sorpresa, fue cuando vio bajar de la patrulla al señor Raúl Brazón, el mismísimo alcalde. “Ojalá sea una visita de cortesía”, dijo al aire. Y fue suficiente para que los fieles radioescuchas se acercaran a las inmediaciones de la emisora a apoyarlo.

En presencia de algunos asiduos oyentes, los guardias lo montaron dentro de la patrulla. El momento quedó grabado para la historia por una señora, que al mismo tiempo que grababa la injusticia, fue capturada en video en forma de intimidación. Aquí nadie se salva de ser abusado, pensó Junior, que con las manos levantadas y con una furia por dentro, terminó de montarse y partió rumbo a La Pica, cárcel terrorífica del estado Monagas.  No al comando, directamente a La Pica.

Sin acta del Ministerio Público, ni orden de captura, se lo llevaron, y otra comunidad más quedó desinformada, como ya es costumbre en este país. No fue visita de cortesía, fue visita de censura.

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